Sin embargo, no hay ningún motivo para la preocupación. En menos de una semana, las autoridades europeas ya habían hallado la solución al problema.
La solución es muy sencilla: triplicar el presupuesto que la Unión Europea destina para la seguridad de sus fronteras. Es decir, hacer las vallas más áltas y poner más policías. Sencillamente bochornoso.
¿Nos hemos vuelto todos locos?
Sólo hay una solución al problema de la inmigración: mejorar las condiciones de vida de toda la población. Entonces no serían necesarias fronteras en ningún lugar del mundo.
Elevar la calidad de vida en los países más pobres tendría tres grandes efectos beneficiosos:
- En primer lugar, la gente ya no tendría necesidad de abandonar su hogar para emprender un viaje desesperado y sin retorno.
- En segundo lugar, está demostrado que en cuanto suben las condiciones de vida baja la natalidad, frenando el problema de la superpoblación
- Por último, sería justo, aunque esto a muchos no parece importarles
O podemos seguir como hasta ahora. En lugar de reducir la desigualdad, en lugar de ayudar a la gente, gastemos más dinero en policías y en ejércitos. Ya veréis qué bien nos va.
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